16 sept 2017

La otra 'cara' de la muerte | Historia | Especial Patriotismo





Una serie de velas desprenden una tenue luz que ilumina la habitación. En el piso, flores de cempasúchil forman un camino. El ambiente huele a incienso, pero conforme se avanza, en el aire se combinan diferentes aromas: mole, pan, café, tamales, mandarinas... Retratos, papel picado de colores y calaveras de dulce son algunos elementos que se distinguen a simple vista sobre una mesa al final de la ruta floral.

Cada 1 y 2 de noviembre este escenario es el modo como los mexicanos recuerdan a sus seres queridos que se les "adelantaron en el camino". La historiadora Elsa Malvido (1941-2011), quien dedicó gran parte de su vida a estudiar el papel de la muerte en el país, refutaba los orígenes prehispánicos de esta celebración. Ella sostenía, al igual que otros arqueólogos, que dichas raíces fueron integradas como parte del proyecto de construcción de una identidad nacional impulsado por el gobierno de Lázaro Cárdenas.

La investigadora, quien trabajó en la Durección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, relata en su texto "La festividad de Todos Santos, fieles difuntos y su altar de muertos en México", que en el siglo XI el abad de Cluny promovió que el 1 de noviembre fuera consierado para la celebración de Todos los Santos en honor a los macabeos, una familia de patriotas judíos reconocidos como mártires en el santoral católico. En el siglo XIII la festividad fue reconocida por la iglesia católica; consistía en sacar de las iglesias los restos de los santos y exponerlos para que las personas pudieran visitarlos y orar por ellos a fin de recibir indulgencias.
Afuera de la iglesia, se vendían reproducciones en azúcar y pan de estos huesos, las cuales eran compradas por los orantes y luego bendecidas; posteriormente se las llevaban a casa y las colocaban en una mesa con una imagen de su santo preferido. Esta acción es el orígen del altar que se pone hoy en día, y esas reproducciones de azúcar son las que conocemos como calaveritas. La celebración llegó a la Nueva España con la Conquista.

La festividad del 2 de noviembre para los Fieles Difuntos comenzó en el siglo XIV. La costumbre de visitar a los muertos en los panteones surgió después de la pandemia de cólera en 1833. En aquel tiempo los cadáveres dejaron de exhumarse en iglesias y comenzaron a enterrarse en lugares al aire libre fuera de las ciudades. La travesía para llegar a los nuevos panteones era un camino largo y cansado, por ello las personas terminaban comiendo y bebiendo a un lado de las tumbas. Ambas celebraciones se conjuntaron en México se conjuntaron en siglos pasados.

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15 sept 2017

Las otras Guadalupanas | Historia | Especial Patriotismo



Según la tradición, la aparición de la Virgen de Guadalupe al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac ocurrió poco después de la Conquista, en 1531. Hoy el culto a la 'virgencita' es considerado "esencia de la mexicanidad" y uno de los más extendidos de toda América Latina. Sin embargo, la devoción y las peregrinaciones para visitar a la residente del Tepeyac datan de mucho antes de la llegada de los españoles.

Como menciona Bernardino de Sahagún (1499-1590) en su Historia General de las cosas de Nueva España (siglo XVI), los antiguos mexicanos venían hasta este cerro para venerar a Tonantzín. Bajo este nombre se aglutinaba a diversas diosas del panteón prehispánico consideradas en conjunto "la diosa madre". Los misioneros españoles decidieron encauzar este fervor rigiendo ahí mismo el culto a la Virgen de Guadalupe. Es posible que, dado que ambas deidades eran consideradas 'madres', los indígenas asimilaban a la nueva bajo la imagen de la mexica, pues como el mismo Sahagún señala, a pesar de que "en todas hay muchas iglesias de Nuestra Señora, no van a ellas, y vienen de lejanas tierras a esta Tonantzín (la del Tepeyac) como antiguamente". Por otra parte, los orígenes de la Guadalupana puede  que no estén en la leyenda de Juan Diego, ni siquiera en México, sino en la región de la Extremadura, en la localidad de Cáceres, España, en el Real Monasterio de Guadalupe (siglo XIV). Ahí se resguarda una Guadalupe que si bien su culto hoy es menor que el de la mexicana, en el pasado estuvo sumamente extendido por Europa, según el historiador y cronista fray Sebastián García (1927-2015). Tanto, explica en una entrevista realizada en 2003, que Hernán Cortés y Cristobal Colón le eran dévotos. Precisamente el nombre Guadalupe procede del árabe Wad-al-luben (río esondido). De acuerdo con el historiador, para hacer la imágen mexicana los misioneros se basaron en la efigie del coro de la iglesia del monasterio guadalupano cuya réplica pudo ser llevada a Nueva España. Ambas imágenes comparten el manto estrellado, la piel oscura, la luna y el ángel que sostienen a la virgen, y el hálo de luz o rayos que la rodean

10 ago 2017

Preocupante las causas que alentan el crecimiento en niños | Sociología


El 30% de los niños que viven en países en desarrollo tienen retraso en su crecimiento.
Investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard, en Estados Unidos, compararon los datos de 137 países para descubrir qué factores eran los causantes de esta situación. Sus resultados indican que el mayor factor es el haber nacido al término de la gestión pero con un tamaño menor al adecuado.
El estudio precisa que hay otros aspectos clave para el retraso en el crecimiento infantil a nivel mundial: la falta de saneamiento, la mala nutrición y las infecciones.

Para sacar sus conclusiones, los investigadores tomaron en cuenta 18 factores de riesgo, dividido en cinco grupos. El relacionado con el tamaño gestacional fue el más común a nivel mundial, seguido de los factores de riesgo ambientales como la mal calidad del agua, las escasas condiciones sanitarias y el uso de combustibles sólidos.



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